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“La gracia de un cuentero. Su encanto y fantasía”
Rafael Pérez Caamaño, nacido bajo el calor caribeño en El Banco, Magdalena, Colombia; de profesión Ingeniero Mecánico, hoy ya retirado. Durante su vida laboral, además de la responsabilidad de los cargos técnicos propios de su profesión, siempre estuvo atado a la narración y a las historias fascinantes. Hoy que la vida le ofrece transitar en un nuevo ciclo, ha encontrado la oportunidad de convertir su sueño en realidad y el escribir cuentos y poesías es la realización de su mayor pasión, latente y materializada en obras llenas de gracia e ingenio caribe. Después de un título ya publicado: «Cuentos para una sonrisa», hoy nos entrega «La gracia de un Cuentero». El autor nos reseña que en su infancia y años juveniles la oralidad y el voz a voz fueron nutriendo su pasión por el fino humor pueblerino y construyeron el marco a su estilo de costumbrismo puro; en eso su padre jugó un papel fundamental y se convirtió en su principal fuente de inspiración. Esta “gracia de un cuentero”, es una colección de historias y tradición, un amasijo de ficción y fantasía. Una obra que, por su estructura sencilla, cautivará a cualquier tipo de público a través de su narración fresca y agradable.
Entrevista al autor
Rafael Pérez Caamaño
- Muchos de sus relatos que engrosan la colección de cuentos de su obra, fueron transmitidos por su padre, su mayor fuente de inspiración. ¿Son reales esas historias? ¿O usted con su imaginación y creatividad narrativa tomó la idea principal y dejó que fluyeran las ideas?
En algunas, la idea principal la rescaté de narraciones de mi padre, quien no sé si las inventó o fueron reales, pero tenían una magia cautivante. De ahí fui armando mis historias fantasiosas hasta convertirlas en una pieza de lectura.
Otras fueron reales y originadas de otras fuentes, anecdóticas algunas. Independiente de su origen, todas están cargadas de imaginación, creatividad y su toque de fantasía.
- Mantener a los lectores entretenidos a través de cuentos cortos, escritos con una descriptiva fluida y agradable, no siempre es fácil lograrlo. ¿Cuál es su técnica al momento de plasmar cada idea?
En mi escenario personal, lo primero es cazar la idea, evaluar si vale la pena y si se acomoda al tipo de historia o al estilo objetivo. Luego imaginarme el final, sin ser tan detallista tener diferentes formas de acabarlo; el inicio es mi siguiente preocupación, hasta que no lo siento dulce y atractivo, no sigo. Paso entonces a lo más difícil, construir el camino para unirlos. Así voy armando la estructura, es una parte del proceso cargada de imaginación en el que me pongo en lado del lector, hasta verlo sonreír o involucrado en el cuento no descanso, ese es mi punto de quiebre, allí decido si vale la pena continuar; para mi fortuna, casi siempre gana el lector. Comienzo entonces a vestir el relato, a revisar que se ajuste a mi estilo y al lenguaje de la historia, quitar los excesos, adecuar los diálogos de acuerdo a los personajes, paso a la sintaxis y luego a la revisión detallada de la ortografía… buscar aliados que me ayuden a leer, leer y volver a leer y retroalimentar.
- Usted, en cada relato, ha dejado la esencia heredada con fino humor pueblerino. A parte de su padre como inspiración, ¿qué otra musa hace la magia en usted al momento de escribir?
Historias parecidas a mi estilo desde donde pueda armar un relato. Ojos abiertos, oídos despiertos, ayudan enormemente. Ocurrencias algunas veces salidas de la nada, y un buen toque de imaginación eso es fundamental.
- Al parecer, los pueblos son como una cajita de sorpresas que atrapa a quienes tienen pasión por las letras, y en especial, a los cuenteros. ¿Desde su punto de vista, hay algo específico en ellos que no se encuentran en las grandes ciudades?
En los pueblos o en el campo el tiempo y las circunstancias parecen dar más oportunidades a la imaginación, es como si la vida pasara a cuenta gotas y la gente pudiera ocuparse del paisaje, de la naturaleza, de las vivencias, de los comportamientos y, a mi juicio lo más importante, del calor humano. En las ciudades también encontramos cosas inspiradoras, pero fiel al contexto fluyen más rápido. Es una diferencia que se siente en el cuerpo del texto.
- Entonces, ¿mantener la idiosincrasia de cada personaje y de cada lugar, es importante al desarrollar una historia? ¿Por qué?
Por supuesto, eso hace parte de la estructura a la que referí en alguna respuesta anterior, si no hay respeto y cuidado en mantenerla, la historia se sale de contexto y se desdibuja. Es una condición innegociable, a no ser que esa sea la naturaleza del relato con una metamorfosis buscada a propósito.
- Aprovechar cada detalle cuenta al momento de desarrollar una idea. ¿Tiene usted pensado seguir deleitando a los amantes de este género? ¿Está creando nuevas historias? ¿Nos adelantaría algo?
Simplemente dejo que la vida siga, sin ser esclavo en ello, soy un cazador constante de ideas inspiradoras y a consecuencia hay historias en el tintero. También se cruza la poesía a mi tarea cuentera, me apasiona tanto como el cuento y está en curso una próxima obra: “Relatos del Corazón”, justo para este género y para aquellos cuentos que salen del estilo costumbrista. No dejo de soñar, de escribir y de cantar. La vida la caminamos por etapas y la actual la vivo en un ahora de sueños, de canciones y de pluma.
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